Vida Espiritual
Madre Teresa de Calcuta Si no tenemos a Dios en nuestros corazones es imposible que se lo podamos llevar a los demás, afirmaba la Madre Teresa de Calcuta.
Y agrega: "todos debemos ser portadores del amor de Dios, seguros de que él vive en nuestra alma.
Para sentir su presencia debemos cultivar la vida de oración, la interiorización y las vivencias de fe.
Unidos a Dios podemos llevar paz, amor y comprensión al mundo.
No necesitamos bombas ni armas para hacerlo.
Lo que necesitamos es fuerte dosis de tolerancia, una espiritualidad profunda y muchos deseos de servir. El amor y la comprensión crecen desde adentro, si llevamos a Dios con nosotros y lo amamos de verdad.
Entonces somos capaces de ver al mismo Dios en los demás, sobre todo, en los más pobres y los más necesitados".
¡Qué bueno poder aprender a amar como seres tan especiales como la Madre Teresa! Ella no hablaba de religión, ella vivía porque amaba a Dios en los demás.
Y agrega: "todos debemos ser portadores del amor de Dios, seguros de que él vive en nuestra alma.
Para sentir su presencia debemos cultivar la vida de oración, la interiorización y las vivencias de fe.
Unidos a Dios podemos llevar paz, amor y comprensión al mundo.
No necesitamos bombas ni armas para hacerlo.
Lo que necesitamos es fuerte dosis de tolerancia, una espiritualidad profunda y muchos deseos de servir. El amor y la comprensión crecen desde adentro, si llevamos a Dios con nosotros y lo amamos de verdad.
Entonces somos capaces de ver al mismo Dios en los demás, sobre todo, en los más pobres y los más necesitados".
¡Qué bueno poder aprender a amar como seres tan especiales como la Madre Teresa! Ella no hablaba de religión, ella vivía porque amaba a Dios en los demás.
Solíamos pensar que si los demás nos escucharan e hicieran las cosas como nosotros creemos que deben hacerse, todo iría sobre ruedas y la vida sería mucho mejor para todos. Por supuesto, nunca resultaba como esperábamos. Nuestra forma de hacer las cosas en otro tiempo generalmente provocaba conflictos de un tipo u otro pese a que era precisamente lo que queríamos evitar.
Ahora, al echar la vista atrás, vemos que la vida era un juego para nosotros -un enorme partido de futbol- y nosotros eramos los omnipotentes entrenadores. El problema consistía en que el resto del equipo no hacía lo que queriamos que hiciese y, de hecho, ni tan sólo reconocía nuestra autoridad.
Los jugadores se negaban a jugar en las posiciones que les asignábamos, chutaban cuando en realidad tenían que correr y no hacían ningún caso de todo lo que intentábamos enseñarkes. Temporada tras temporada terminábamos en el último puesto, lo cual no tenía nada de extraño.
Hoy dia creemos firmemente que toda la vida que se base en la terquedad tiene pocas posibilidades de triunfar. Hace ya mucho tiempo que dejamos de jugar a ser Dios y empezamos a sentirnos cómodos en la vida porque ahora nos esforzamos por buscar y cumplir la voluntad divina.
Ahora, al echar la vista atrás, vemos que la vida era un juego para nosotros -un enorme partido de futbol- y nosotros eramos los omnipotentes entrenadores. El problema consistía en que el resto del equipo no hacía lo que queriamos que hiciese y, de hecho, ni tan sólo reconocía nuestra autoridad.
Los jugadores se negaban a jugar en las posiciones que les asignábamos, chutaban cuando en realidad tenían que correr y no hacían ningún caso de todo lo que intentábamos enseñarkes. Temporada tras temporada terminábamos en el último puesto, lo cual no tenía nada de extraño.
Hoy dia creemos firmemente que toda la vida que se base en la terquedad tiene pocas posibilidades de triunfar. Hace ya mucho tiempo que dejamos de jugar a ser Dios y empezamos a sentirnos cómodos en la vida porque ahora nos esforzamos por buscar y cumplir la voluntad divina.
LA GENTE PASA MUCHO TIEMPO CON LA INSESABLE
NECESIDAD DE AYUDARSE A SI MISMO
QUE SE OLVIDA QUE EXISTEN LOS DEMAS.